Prieto
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Adaptación cinematográfica de un libro de David Grann, producido por Apple con un enorme presupuesto de doscientos millones de dólares, con los que durante también más de doscientos minutos de proyección Martin Scorsese adentra al espectador en la historia de los indios Osage, unos nativos americanos que encontraron petróleo en sus tierras. Y como consecuencia de la aparición del oro negro, llegó el hombre blanco a sus dominios para corromperlo todo. Robert De Niro interpreta a Bill Hale, un hombre influyente que vive en esas tierras, mientras que Leonardo Di Caprio es su tozudo sobrino, que se casa con una joven india (Lily Gladstone) por influencia del tío, que ansía, eliminando a toda su familia, quedarse con el dinero que poseen. Ello tiene muchas ramificaciones, entre ellas, la aparición en escena del FBI, que decide investigar los crímenes después de una denuncia cuando los mismos son absolutamente aparentes. Lo que a priori debería de ser una historia con mucho interés se convierte en una película de un ritmo muy errático y plomizo, que exige mucha paciencia al espectador hasta que la historia arranca de verdad, pero ni siquiera en su parte final -que además es más convencional- vuela demasiado alto, excepto, curiosamente, en un epílogo que cambia absolutamente de estilo con respecto a todo lo visto anteriormente. Y ello es una lástima, porque el talento delante y detrás de las cámaras es descomunal, pero las larguísimas tres horas y media de proyección se sienten minuto a minuto, mientras se tiene la sensación de que lo mismo podría haberse contado (mejor) en mucho menos tiempo.

Adaptación en imagen real que tiene como protagonistas a los famosos juguetes de Mattel, Barbie (Margot Robbie) y Ken (Ryan Gosling), que comienza ambientada en Barbieland, un mundo en el que las “Barbies” dominan el mundo y los “Ken” viven supeditados a las mismas. Sin embargo, la Barbie protagonista (Robbie) sufre una crisis de identidad cuando comienza a tener problemas en sus pies, de manera que tiene que ir al mundo real a encontrar a la niña que está jugando con ella. Pero Ken (Gosling), se escapa con ella, por lo que tras varias peripecias en el mundo real -que en realidad son la playa de Venice y Century City en Los Ángeles- vuelve antes que Barbie a Barbieland y, cuando la “muñeca” regresa, resulta que los Ken se han apropiado de Barbieland instaurando un patriarcado, como el que Ken ha conocido en el mundo real. Escrita por la directora Greta Gerwig en colaboración con Noah Baumbach, “Barbie” es una sátira cómica sobre muchos temas (principalmente, por supuesto, el machismo y el feminismo), pero los cineastas encuentran un notable punto de equilibrio entre todos ellos y consiguen una película que, desde su sorprendente planteamiento y estética, consigue hacer reflexionar al mismo tiempo que entretener a un público muy amplio (en cuanto a ideas y edades), lo cual es muy meritorio, aunque el tercio final, mucho más dialogado que el resto del film, quizá se alargue en exceso.

Adaptación cinematográfica de un libro de Charles Brandt, que narra la vida del sindicalista/gángster irlandés Frank Sheeran (Robert De Niro), principalmente en cuatro momentos temporales: desde sus inicios como transportista en los años 50, cuando conoce a Russell Bufalino (Joe Pesci), siguiendo con su ascenso en los años 60 de la mano de Jimmy Hoffa (Al Pacino), para finalizar en una etapa más oscura en los 70, aunque todo ello narrado desde su perspectiva de anciano en un asilo en la década de los 90. Proyecto de dificil financiación, tuvo que ser Netflix quien apoyase a Martin Scorsese para poder filmar el complejo y largo guión de Steven Zaillan (“Schindler’s List”), aunque ello haya supuesto un breve y limitado paso por las salas de cine y un estreno mayoritario en la plataforma de streaming. Los resultados son irregulares, ya que las tres horas y media de duración, paradójicamente, se quedan en tierra de nadie: suponen un exceso para la historia central que se narra (que son las relaciones entre los personajes de De Niro, Pacino y Pesci), ya que impiden además que la misma arranque de verdad hasta bien pasada la mitad de la proyección, pero al mismo tiempo esa primera mitad contiene muchas descripciones y personajes cuyo desarrollo es insuficiente para que tengan más peso en el film, lo cual hubiera obligado a convertirlo en miniserie. Pero una vez llegados a lo que realmente importa, un Scorsese contenido y frío como nunca consigue elevar notablemente el nivel de la mano de sus veteranos intérpretes.

Apoteósica adaptación de las memorias de Jordan Belfort, ambientada durante finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, en la que un Leonardo Di Caprio en estado de gracia interpreta a un ambicioso broker de Nueva York que monta su propia empresa para vender a particulares acciones de otras compañias sin valor alguno, a través de su enorme capacidad de disuasión y una serie de colaboradores de lo más extraños. Scorsese, con la energía propia de sus grandes obras, ilustra a la perfección el brillante guión de Terence Winter –atención a sus diálogos o las situaciones que propone- y ofrece un producto provocativo y dramático pero lleno de desternillantes “set-pieces” que muestran el patetismo y ausencia de valores de unos personajes cegados por el dinero, las drogas y el sexo, dejando deslizar también cómo la fascinación social y el daño creado por este tipo de “líderes” provocaron después la crisis de la década posterior. Jonah Hill, Margot Robbie, Matthew McConaughey, Kyle Chandler, Jean Dujardin y los realizadores Rob Reiner, Jon Favreau y Spike Jonze, en roles menores, forman un reparto de actores que no sólo parecen haberlo pasado en grande durante la filmación, sino que contribuyen de forma decisiva al gran éxito de un conjunto que, como tal, posiblemente sea una cima del realizador italoamericano, algo que sólo el tiempo confirmará o denegará.

Producción de George Clooney y su socio Grant Heslov, que adapta para la gran pantalla un hecho verídico acaecido en Irán principios de 1980: seis norteamericanos, tras la caída del Sha de Persia y la llegada del Ayatolá Jomeini al poder, se refugiaron en la embajada canadiense. Con el fin de conseguir su salida del país, la CIA envió a un agente especial (Ben Affleck) que se unió a ellos bajo el pretexto de la búsqueda de localizaciones para el rodaje de una extravagante película de ciencia-ficción. Alan Arkin, John Goodman, Victor Garber, Scoot McNairy, Bryan Cranston, Clea DuVall o Kyle Chandler secundan muy bien a Affleck en una película en la que éste vuelve a corroborar su efiencia tras las cámaras –especialmente en el tercio final-, a pesar de algunos cambios de tono en la narración que dificultan la credibilidad de la historia, por mucho que ésta fuera real.

Producción de 150 millones de dólares, que narra la vida del Rey de Macedonia Alejandro Magno, el cual en el siglo IV después de Cristo, llevó a cabo la conquista de gran parte del mundo conocido. Sin embargo, en manos de Oliver Stone, “Alexander” es un producto fallido (por ejemplo, cuenta con un casting absolutamente erróneo, tal y como prueba el hecho de que Val Kilmer ofrezca la mejor interpretación del elenco), con una narrativa excesivamente plomiza y dilatada y por lo tanto, no resulta extraño que se convirtiera en uno de los más sonados fracasos críticos y comerciales de su temporada. 

Primera película de habla inglesa del realizador de “Amores Perros”, que propone una serie de historias cruzadas escritas por su entonces guionista Guillermo Arriaga, interpretadas por Sean Penn, Naomi Watts, Benicio del Toro o Charlotte Gainsborough, entre otros. El resultado es muy discutible, como todo el cine de Iñárritu, incidiendo una vez más en sus temas favoritos de redención y tragedia, también con una estructura no lineal, pero termina siendo un conjunto demasiado cargante, excesivo, maniqueo y con demasiados deseos de otorgarse así mismo una gran importancia, lo cual juega totalmente en su contra. 

Language / Idioma