Zeiss Standard
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Adaptación cinematográfica de un libro de Robert A. Heinlein, escrita para la pantalla por Edward Neumeier (“Robocop”), que cuenta la historia de un grupo de jóvenes que, en el futuro, deciden alistarse en la lucha de los humanos contra una especie de alienígena con aspecto de insectos gigantes. El argumento, además, hace que dichos jóvenes sean o resulten ser una especie de nueva generación de aquéllos que aparecían en “Beverly Hills 90210”, de manera que, de no haber sido filmado e interpretado todo en el tono satírico que le imprime Paul Verhoeven, el film probablemente se hubiera convertido en un desastre de primera categoría. En su lugar, aparece una visión sarcástica del futuro, no exenta de sexo (Verhoeven venía de rodar consecutivamente “Basic Instinct” y “Showgirls”) y, por supuesto, con mucha violencia en su descripción de la guerra contra los insectos. Aunque en la parte final el espectáculo de efectos visuales cobre un exceso de protagonismo y, por lo tanto, el film sea netamente inferior por ejemplo a “Robocop”, los resultados continúan siendo interesantes, sobre todo por ver cómo el director ofrece algo muy diferente a lo que su premisa y planteamiento a priori sugerían. Casper Van Dien, Dina Meyer, Denise Richards, Jake Busey, Neil Patrick Harris, Michael Ironside y Clancy Brown, entre otros, forman el reparto de la película.

Adaptación cinematográfica de una novela de Alain Page, llevada a la pantalla por el cineasta Claude Berri, que cuenta una historia de los bajos fondos parisinos de primeros de la década de los 80: Lambert, el empleado del turno nocturno de una gasolinera (Coluche), que lleva años sin relacionarse con nadie y vive alcoholizado, comienza una extraña relación de amistad con un joven de origen árabe y judío (Richard Anconina), sin que el gasolinero sepa en un principio que éste se dedica a trapichear con drogas. Cuando el joven es asesinado como consecuencia de ello, Lambert se cobrará su peculiar venganza con la ayuda de Lola (Agnès Soral), una joven punk que también le conoció. “Tchao Pantin” es una muy notable muestra de cine negro en color, con un hábil y preciso retrato de la noche y de los bajos fondos, pero sobre todo, un excelente retrato del personaje principal -el cómico Coluche, en su primer y casi único papel serio, pues falleció menos de tres años después del estreno del film- que llena la pantalla con su presencia desde el mismo arranque de la película. Quizá su relación con el personaje de Lola sea el punto menos creíble de una película muy sólida y desconocida en España, a pesar que obtuvo varios premios César en su temporada de premios en Francia, incluyendo los de mejor actor y mejor fotografía. 

Debut tras las cámaras (si no se cuenta “Vile” de 2011, un film desconocido y del que no circulan buenas opiniones en la red) del actor y guionista Taylor Sheridan, quien en los últimos años ha alcanzado un notable prestigio como consecuencia de ser el autor de los sólidos libretos de “Sicario” (Denis Villeneuve, 2015) y “Hell or High Water” (David Mackenzie, 2016). En esta ocasión Sheridan continúa con la misma temática y género, ya que “Wind River” es otro thriller que esconde en su interior un Western moderno. En esta ocasión el argumento gira en torno a la investigación del asesinato de una joven en una reserva india en el estado de Wyoming. A tal efecto, el FBI envía a una joven agente (Elizabeth Olsen) para que intente resolver el caso, para lo cual cuenta con la ayuda de un policía local (Graham Greene, recordado por su papel en “Dances With Wolves”) y especialmente de un cazador especializado en los más peligrosos depredadores (Jeremy Renner), pero que en este caso intenta dar caza a sus propios fantasmas. El buen guión y el notable trabajo actoral (especialmente por parte de Renner) hacen que la película sea muy recomendable, aunque desgraciadamente Sheridan detrás de las cámaras está lejos no solo de Denis Villeneuve, sino también de David Mackenzie.

Pequeña y extraña producción independiente, escrita, producida, editada y dirigida por Anna Biller, en la que además la directora es la compositora de la banda sonora y diseñadora de decorados y vestuario. La historia, que se mueve entre el drama, la comedia y la sátira, tiene como protagonista a una joven (Samantha Robinson) que se adentra en la brujería a fin de conseguir el amor de los hombres, aunque ello traiga mortales consecuencias para los mismos. La historia podría tener interés, pero pierde parte del mismo por culpa de unos diálogos excesivamente alargados y de un montaje que, lejos de agilizar el ritmo, hace que la película avance a trompicones y sea demasiado lenta y alargada (dos horas) para lo que quiere contar. Es decir, parece ser que el de Biller se trata del clásico ejemplo del cineasta que ejerce demasiadas funciones en un largometraje y pierde un poco la perspectiva de lo que resulta interesante para el espectador y lo que no. Así pues, si bien la parte del diseño es estupenda, la película se hubiera beneficiado mucho si la hubiera editado alguien diferente y con una mirada objetiva sobre el material.

Típica superproducción de James Cameron, también autor del guión, ambientada en una plataforma petrolífera en las Bahamas cuyos tripulantes, durante una gran tormenta, deben acudir al rescate de un submarino nuclear hundido en el fondo del mar en extrañas condiciones, junto a un grupo de marines del ejército de los EEUU. Una vez se hayan en las profundidades del abismo, una serie de extraños encuentros pondrán en peligro su supervivencia. Cameron reclutó a Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonio y Michael Biehn para encabezar el reparto, pero parece ser que en este caso el realizador de “Titanic” tuvo grandes problemas con la pareja protagonista, debido a sus tremendas exigencias y las dificultades físicas de un rodaje con aguas heladas en el interior de una central nuclear a medio terminar. La película –una especie de cruce entre “Aliens” y “Close Encounters of the Third Kind”- no terminó de funcionar en taquilla, aunque sea un producto de entretenimiento muy bien hecho y con unos efectos visuales muy innovadores que han aguantado el paso del tiempo de manera sorprendente.

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