Adaptación cinematográfica de un libro de Robert A. Heinlein, escrita para la pantalla por Edward Neumeier (“Robocop”), que cuenta la historia de un grupo de jóvenes que, en el futuro, deciden alistarse en la lucha de los humanos contra una especie de alienígena con aspecto de insectos gigantes. El argumento, además, hace que dichos jóvenes sean o resulten ser una especie de nueva generación de aquéllos que aparecían en “Beverly Hills 90210”, de manera que, de no haber sido filmado e interpretado todo en el tono satírico que le imprime Paul Verhoeven, el film probablemente se hubiera convertido en un desastre de primera categoría. En su lugar, aparece una visión sarcástica del futuro, no exenta de sexo (Verhoeven venía de rodar consecutivamente “Basic Instinct” y “Showgirls”) y, por supuesto, con mucha violencia en su descripción de la guerra contra los insectos. Aunque en la parte final el espectáculo de efectos visuales cobre un exceso de protagonismo y, por lo tanto, el film sea netamente inferior por ejemplo a “Robocop”, los resultados continúan siendo interesantes, sobre todo por ver cómo el director ofrece algo muy diferente a lo que su premisa y planteamiento a priori sugerían. Casper Van Dien, Dina Meyer, Denise Richards, Jake Busey, Neil Patrick Harris, Michael Ironside y Clancy Brown, entre otros, forman el reparto de la película.
Una vez más en la carrera de Paul Verhoeven, el director de fotografía fue el alemán Jost Vacano [ASC, BVK], al que como siempre se ha indicado, el director holandés solía alternar con su compatriota Jan de Bont. Sin embargo, después de probar suerte como realizador con “Speed” (1994), De Bont se pasó exclusivamente a la dirección, de manera que en los años siguientes a “Basic Instinct”, su última película con éste, Verhoeven tuvo que colaborar en exclusiva con Vacano, al que empleó consecutivamente en “Showgirls” (1995), “Starship Troopers” (1997) y su última película antes de jubilarse, “Hollow Man” (2000). También autor en los EEUU de trabajos para el director como la citada “Robocop” (1987) o, por supuesto, “Total Recall” (1990), Vacano llegó a los EEUU a mitad de la década de los 80, después del éxito de la versión cinematográfica de “Das Boot” (Wolfgang Petersen, 1981), por la que fue candidato al Oscar, así como por «Die Unendliche Geschichte” AKA “The NeverEnding Story” (1984). Así mismo, Vacano también había trabajado con Verhoeven en Holanda, antes de reencontrarse en norteamerica, tanto en “Soldaat Van Oranje” (1977) y “Spetters” (1980).
Jost Vacano fue, como su compatriota Michael Ballhaus, uno de esos directores de fotografía que poseían su propio material de cámara, con las típicas cámaras Arri y objetivos Zeiss que se fabricaban en su Alemania natal. Por ello no es extraño que en toda o casi toda su filmografía se empleasen estos materiales, como sucedía en la de Ballhaus. En este caso, el film se rodó una vez más con objetivos Zeiss Standard Speed y Zeiss Super Speed, que en realidad datan de comienzos de la década de los 80, pero que tratandos a diafragmas a partir de T2.8, ofrecen y de hecho, continúan ofreciendo una imagen de calidad, con buena nitidez y contraste, no tan diferente de la de series posteriores del mismo fabricante. Ello supone además una renuncia, claro está, al formato panorámico anamórfico, que salvo error u omisión, Paul Verhoeven solo empleó en dos ocasiones y ambas con De Bont bajo los mandos. En este caso, por lo tanto, “Starship Troopers” es una película rodada para una relación de aspecto convencional de 1.85:1 y, eso sí, cuenta con efectos visuales rodados parcialmente en VistaVision (35mm 8-perf), ya que parte de los mismos, al ser digitales, fueron rodados como el resto del film en 35mm 4-perf convencionales. Quizá, a nivel estético, “Starship Troopers” sea una película menos inspirada que “Total Recall”, cuya visión de futuro probablemente tenía unos diseños más interesantes a cargo de William Sandell.
La luz de Jost Vacano, sin embargo, guarda muchas similitudes. Y es que a este director de fotografía alemán le gustaba mucho rodar sus escenas con fluorescentes integrados en las mismas, a modo de luz cenital generalmente, aunque también, a veces, en las naves que aparecen en pantalla, dichas luces están integradas en las mismas. El efecto que se produce con este tipo de luz, al emplear muchas unidades cuidadosamente repartidas por el decorado, es el de una luz que tiene o posee una apariencia demasiado plana, con una contraste realmente muy bajo, y una verdadera escasez de sombras, ya que la luz de los fluorescentes llega hasta todos los rincones del decorado y elimina las mismas. Lo cierto es que esta técnica, de alguna manera, encaja a la perfección con ese aspecto que decíamos que tiene el film a lo “Beverly Hills 90210”, puesto que todos los actores y actrices lucen bien bajo esta luz suave y uniforme; el problema de Vacano es que, conociéndole, o viendo cómo lucen por ejemplo las citadas “Total Recall” o “Hollow Man”, es que hubiera empleado este tipo de luz le sentase bien al film o no, dando la casualidad de que en esta ocasión ese estilo encaja bien. Pero, como decimos, no porque el director de fotografía alemán, que dio más de sí con Wolfgang Petersen por lo general que con Paul Verhoeven, se esfuerce especialmente por ofrecer algo diferente a lo que llevaba haciendo muchos años en EEUU.
Como en las películas anteriores de Vacano, en “Starship Troopers” vuelve a haber tomas con lentes tipo “slant focus” o “Shift and Tilt”, tan raras de ver en cine (probablemente eran de él, como el resto del material que no era para rodar efectos visuales) y, quizá lo más destacable sea la famosa secuencia del ataque nocturno a los insectos, rodada en campo abierto y con decenas de unidades de luz HMI con corregir para crear un aspecto azulado, aunque casi tan plano como el resto de la propia película. Las verdaderas estrellas de la película puede que sean las escenas de efectos, por las que dos clásicos como Phil Tippett y John Richardson (además de Scott E. Anderson y Alec Gillis) fueron candidatos al Oscar de efectos visuales, que perdieron ante el trabajo de Thomas L. Fisher y Robert Legato en “Titanic”. Como es lógico, el paso del tiempo ha hecho que estos efectos, mezcla de creaciones físicas y digitales, se hayan visto superados, aunque en su momento supusieron un importante logro técnico que, además, hacían creíble las salvajes luchas de los humanos contra los insectos en el espacio exterior. Quizá el material de efectos más convencionales -como las proyecciones a través de las ventanas de las naves espaciales- curiosamente haya sido el que ha soportado peor el paso del tiempo dentro de un conjunto que, en cualquier caso, podría y debería de haber sido algo mejor, aunque el film posea otro tipo de virtudes más allá de las estéticas.
Título en España: Starship Troopers, Las Brigadas del Espacio
Año de Producción: 1997
Director: Paul Verhoeven
Director de Fotografía: Jost Vacano, ASC, BVK
Ópticas: Zeiss Standard, Zeiss Super Speed
Emulsión: Kodak 5245 (50D), 5248 (100T), 5298 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en HDTV