Adaptación (a cargo de David Mamet) de la serie televisiva de los años 50, inspirada al mismo tiempo en las memorias de Eliot Ness, acerca de cómo un grupo de agentes consiguieron encarcelar a Al Capone y acabar, por tanto, con el grupo mafioso que éste dirigía en Chicago durante la época de la Ley Seca. Brian de Palma, en uno de sus trabajos más célebres e inspirados, fue el encargado de dirigir un film que además de contar con un reparto de lujo con Kevin Costner, Sean Connery (ganador del Oscar al mejor actor secundario), Robert De Niro, Andy Garcia y Charles Martin Smith en los papeles principales, también contiene una memorable partitura de Ennio Morricone y envidiables valores de producción que convierten a la película en uno de los indiscutibles clásicos del cine popular de los años 80, así como en un entretenimiento de primera categoría.
El director de fotografía fue Stephen H. Burum [ASC]. Antiguo estudiante de UCLA, en donde fue compañero de clase de Francis Ford Coppola, fue éste quien le abrió las puertas de Hollywood cuando le contrató para que dirigiera y fotografiara la segunda unidad de “Apocalypse Now” (1979), tras darse cuenta el realizador de que necesitaba más tomas con los helicópteros y algunas transiciones más del barco en el río. Tras este film, vendría otra segunda unidad en otra producción de Zoetrope, “The Black Stallion” (Carroll Ballard, 1979), en la que coincidió con Caleb Deschanel [ASC], director de fotografía de la primera unidad, que hizo que Burum fuera su operador para su debut como realizador en “The Escape Artist” (1982), que como le dijo el propio Burum al autor de estas líneas al preguntarle por su experiencia en el film, fue una de las mejores que tuvo en su carrera y su primer trabajo del que se siente verdaderamente orgulloso, a pesar que no luce exactamente ni como lo hubiera rodado él, ni como lo hubiera rodado Deschanel. Después, vinieron títulos como “The Entity” (Sidney J. Furie, 1982), con una estética muy propia del cine de terror de finales de los 70, comienzos de los 80, sus dos colaboraciones con Coppola en primeras unidades (“The Outsiders” y “Rumble Fish”, en blanco y negro, ambas de 1983) y fue entonces cuando comenzó sus ocho colaboraciones con Brian de Palma, comenzando con “Body Double” (1984) y terminando con “Mission to Mars” (2002), que son las que le llevaron a la fama. Un hombre de formación clásica, como él mismo presume, de más oficio y habilidad que inspiración, también recibió muchos halagos por su trabajo junto a Danny De Vito en “War of the Roses” (1989) y “Hoffa” (1992); por la primera de las cuales recibió una mención de sus compañeros de la ASC y por la segunda, ganó el premio y obtuvo una nominación al Oscar.
“The Untouchables” era el título perfecto para las habilidades de Stephen H. Burum, un operador que complementaba muy bien a Brian de Palma porque a ambos les encantaban los trucos y movimientos de cámara, que en su filmografía conjunta a veces llega a parecer que la historia queda supeditada a los mismos. Pero en este caso, como en el de “Carlito’s Way”, la puesta en escena operística del realizador, que muestra un completo catálogo de sus habilidades (planos cenitales y con grúa, Steadicam, zooms, cámaras lentas, planos subjetivos, lentes de aproximación partidas, etc), el artificio sí que está justificado con la historia que vemos en pantalla y, como la banda sonora de Morricone, no se limita a ilustrar el guión de David Mamet, sino que lo enriquece sobremanera aplicando cada técnica con maestría en el momento oportuno para aplicarla (el mejor de los ejemplos es la famosa escena en las escaleras de la estación, homenajeando a Eisenstein, de paso).
En el caso de Burum, el director de fotografía se beneficia enormemente de un colorido diseño de producción de Patrizia Von Brandestein (“Amadeus”) y vestuario a cargo de Giorgio Armani, que ofrecen una rica y opulenta visión del Chicago en torno a 1930; a diferencia de las recreaciones de época de Gordon Willis (“The Godfather”) o Tonino Delli Colli (“Once Upon a Time in America”), el aspecto de “The Untouchables” es pleno de color, de contraste y luminosidad, sin apenas un ápice de recuerdo en su recreación; prácticamente es una versión en “Three Strip Technicolor” de esos títulos. En ello juega un papel fundamental Burum –que recrearía un aspecto muy parecido en la citada “Hoffa”-, mediante una sobreexposición de sus negativos, para extraer de ellos el máximo contraste, densidad de negros y riqueza de color, algo en lo que su filmografía demuestra que era un especialista.
Burum, además, era un operador al que le gustaba emplear niveles de intensidad de luz generosos (entre T/4 y T/5.6), lo que le permitía rodar en formato panorámico anamórfico –como en este caso- sin grandes problemas y además, emplear cuando se lo requería el director lentes zoom adaptadas a dicho formato, cuyas aperturas máximas son menos luminosas que en las versiones esféricas, pero acordes a los niveles de luz que solía emplear este operador (Zsigmond, el otro operador predilecto de De Palma, siempre ha sido un firme defensor de rodar películas íntegramente en estos zooms). Con su formación clásica americana, Burum –aunque ahora esté retirado- es un hombre al que le gusta distinguir muy bien las fuentes de luz (principal, relleno, contraluz) y continúa firme a dicho principio. Ello no quiere decir que Burum no conozca otro estilo (basta con hablar con él para darse cuenta de su conocimiento de la historia y técnica de la fotografía cinematográfica), sino que su convencimiento hacia las formas clásicas es aún superior. Pero el hecho de que Burum base su estilo en la técnica de los tres puntos de luz no implica que utilizara luz dura en exclusiva; de hecho, incluso “The Untouchables” le muestra haciendo luz de suave de ventana –sin relleno y con mucho contraste- en escenas como la inicial, con la bomba en el bar y la niña. Su luz sobre los actores es suave y está muy cuidada. También emplea luz de relleno rebotada. Por tanto, generalmente son las luces que emplea sobre el decorado las que son más duras y dirigidas, a veces a través de persianas venecianas, que evocan al cine “noir” que tanto aprecia este operador y que es base de su estilo.
En sus interiores en los que no tiene una referencia clara de luz (como por ejemplo, la sala en la que se juzga a Capone), la luz principal es una luz general suave, casi a modo de relleno, y entonces juega con el diseño de producción, de vestuario y su fuerte exposición del negativo –que le permite copiar con luces de positivado muy altas- para crear contraste; en otros, como los de la casa de Kevin Costner, muestra luces integradas en el decorado, pero sólo como mero elemento figurativo, pues sus verdaderas luces están fuera de pantalla. En esencia, su planteamiento es teatral y no siempre atiende a la realidad, pero sí que busca el mejor aspecto posible. Introduce algo de difusión en cámara en todo momento, pero de modo casi imperceptible, creando un levísimo halo en torno a las altas luces, y desde luego se luce en la que siempre fue su especialidad: la iluminación de grandes exteriores nocturnos, bien con arcos o grandes unidades de HMI, creando una bonita luz azulada en sus fondos, muy al estilo americano por el tremendo despliegue de medios que conllevaba este estilo.
Los resultados son muy buenos, con una brillante puesta en escena y un estilo de iluminación muy clásico, pero con la suavidad que se requiere en el cine moderno. Burum, a lo largo del metraje, aún incluso se permite el lujo de referenciar a Vittorio Storaro (en la escena final entre Costner y Andy Garcia, con los tonos dorados; él mismo se enorgullece de conocer todos los trucos del italiano, debido a la colaboración en “Apocalypse Now”) y, globalmente, ejecuta un trabajo que, como decíamos, muestra muy bien todas sus virtudes como operador heredero de una larga tradición de fotografía de estudio americana, con su habilidad técnica y su complementación con un director muy exigente e inventivo en lo visual, pero que deja mucho margen de libertad a sus operadores en cuanto a la luz. Y en este aspecto, “The Untouchables” es sin lugar a dudas uno de los títulos cumbre de la filmografía de sus creadores.
Título en España: Los Intocables
Año de Producción: 1987
Director: Brian de Palma
Director de Fotografía: Stephen H. Burum, ASC
Ópticas: C-Series de Panavision
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: American Society of Cinematographers (nom)
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2014.