Creación original de Nic Pizzolatto para la cadena de televisión norteamericana HBO, que a lo largo de ocho intensos episodios narra la historia de dos detectives (Woody Harrelson y Matthew McConaughey) de la policía del estado de Lousiana (EEUU), que deben investigar el supuesto asesinato de una joven, con aparentes evidencias de haber sido víctima de algún tipo de ritual satánico, en el año 1995. Las vidas personales de ambos policías, uno de ellos (Harrelson) casado y padre de dos hijas y el otro (McConaughey), soltero, solitario y con un oscuro pasado a sus espaldas, influirá notablemente en el avance de las investigaciones. La compleja narrativa incluye saltos temporales y secuencias en los años 2002 y 2012 y poderosas interpretaciones del dueto protagonista, especialmente un McConaughey místico y misterioso cuya presencia se come literalmente la pantalla. El argumento es absolutamente sólido y su desarrollo muy inteligente, de modo que sus ocho episodios van incrementando paulatinamente el interés y hacen que esta primera temporada (diseñada como si de una mini-serie se tratase) sea uno de los programas más imprescindibles de la televisión contemporánea bajo la dirección de Cary Joji Fukunaga (“Jane Eyre”), quien vuelve a mostrar su solvencia tras las cámaras. Michelle Monaghan, Michael Potts, Tory Kittles, Alexandra Daddario y Kevin Dunn forman el reparto de secundarios.
El director de fotografía fue Adam Arkapaw, un operador cuya carrera ha comenzado hace relativamente poco y cuyos títulos más notables, al margen de “True Detective”, son los largometrajes “Animal Kingdom” (David Michôd, 2010) y los más recientes “MacFarland, USA” (Niki Caro, 2015) y la nueva versión de “MacBeth” (Justin Kurzel, 2015), con Michael Fassbender y Marion Cotillard, así como varios episodios de la serie de televisión “Top of the Lake” (2013), creada por la directora neozelandesa Jane Campion. El éxito de “True Detective”, cuya primera temporada firman íntegramente este director de fotografía y Fukunaga (a diferencia de otras series en las que múltiples unidades, directores y operadores se hacen cargo del show), así como la evidente solvencia estética de la serie, auguran una buena carrera para Arkapaw, si consigue elegir bien los proyectos en los que involucrarse.
Como indicábamos, “True Detective: Season 1” alterna tres momentos temporales. El período central, ambientado en 1995, con algunas secuencias que tienen lugar en el año 2002 y, finalmente, el año 2012, en el cual los protagonistas de los eventos anteriores son interrogados por actuales agentes de la policía. Una de las decisiones más notables de Fukunaga y Arkapaw (con el apoyo de la HBO) es sin duda la de haber escogido el soporte fotoquímico como medio de adquisición, en una época en la que no solo ya la televisión, sino el mundo del cine está rendido a los encantos de las cámaras digitales. La justificación no es solo la ambientación de época de la serie (aunque se trate de una época relativamente reciente, como lo es la década de los 90), sino que Fukunaga y Arkapaw se declaran como cineastas que prefieren el soporte analógico antes que el vídeo HD. La segunda decisión importante a nivel técnico, si bien más sutil, es que “True Detective” está rodada con diferentes juegos de ópticas: las Panavision PVintage (que realmente son las Ultra Speed MKII y Super Speed de los años 70, sobre las cuales se ha reconstruido su parte mecánica para adecuarla al gusto y necesidades de un rodaje moderno) se utilizaron para los segmentos ambientados en 1995 y 2002, mientras que los más modernos, contrastados y nítidos Panavision Primo, se utilizaron para las secuencias del año 2012. La diferencia, como se indicaba, es sutil incluso en Blu-ray a 1080p, aunque la tendencia al velo, el menor contraste y los flares más acusados de las PVintage son claros rasgos distintivos.
En cuanto a su estilo, Arkapaw retrata las tres épocas (pero especialmente 1995, que es la que goza de un mayor tiempo en pantalla) con una mirada moderna, si bien trata de mantener cierto aspecto de época ayudado por su diseño de producción. Es decir, la imagen de “True Detective” no intenta glorificar en modo alguno la década de los 90, ni cae en clichés visuales de la época para evocarla, ni recurre a difusión o virajes de color extraños para ambientarla, sino que rueda el pasado de la misma forma que el presente, aunque con las citadas ópticas antiguas y sus artefactos. La estética por lo general no tiene grandes pretensiones, sino que como la propia trama que ilustra, pretende ser sólida y mostrarse veraz y natural. Por ello, por ejemplo, cuando los personajes se encuentran en el interior de la comisaría y sus depencias, la fuente de iluminación principal son las ventanas y sobre todo los fluorescentes instalados en el techo de las mismas, con alguna luz de ojos, relleno, etc. cuando es necesario, pero sin la pretensión de introducir el menor artificio. El resto de interiores diurnos siguen esta filosofía de obtener una imagen sencilla y directa, con luz justificada en las ventanas y fuentes naturales de los decorados, empleando fluorescentes y HMIs, con un poco de relleno cuando es necesario y dejando que el negativo, con su amplia latitud de exposición, registre tanto las altas como las bajas luces.
La utilización del negativo es especialmente útil en los exteriores de Louisiana, muy luminosos y con una fuerte predominancia del color verde de la abundante vegetación. Por ello, los cineastas escogieron para rodar los mismos una emulsión de 50 ASA equilibrada para luz día, que registra todos los detalles del paisaje con enorme fidelidad y un grano muy fino que, curiosamente hace que las imágenes parezcan capturadas con la Arri Alexa (en contraposición, las escenas interiores y nocturnas, rodadas en 500T, a veces tienen un grano aparente que podría indicar la utilización de revelado forzado). En estos exteriores, Arkapaw a veces tiene que recurrir a algo de luz artificial para mantener la continuidad de la luz (por ejemplo, la escena del crimen inicial) y a herramientas como palios, sedas y telas negras para mantener la coherencia y contraste de las imágenes, aunque siempre tratando de resultar lo menos intrusivo posible.
Quizá lo más interesante del conjunto sean las escenas nocturnas; por un lado en los interiores el director de fotografía emplea una mezcla de fuentes de luz suave (chimeras, globos y seguramente aparatos filtrados) y a veces luz rebotada en las paredes, incluso por aparatos de luz que aparecen en la propia imagen (véase al respecto el apartamento de McConaughey o la nave en la que éste almacena cosas). También son muy, muy interesantes las mezclas de color que propone, tanto en los propios interiores de las casas de los protagonistas, como especialmente cuando éstos acuden a bares u otro tipo de locales mientras realizan sus pesquisas. Fuentes de luz fluorescente, frecuentemente sin corregir, fuentes de tungsteno, luces en resistencia o con geles CTO e incluso HMIs y humo conviven en muchas de estas escenas, que recrean perfectamente el ambiente de este tipo de lugares en lo más profundo de los EEUU. Los exteriores nocturnos también obedecen al mismo planteamiento y tienen el mismo éxito; resultan veraces y creíbles, con constantes mezclas de fuentes de luz justificadas en farolas, casas, luz de luna, etc. Quizá lo más aburrido del conjunto sean las conversaciones en el interior de coches, que aparentemente están rodadas ante pantallas verdes, o al menos contienen cierto trabajo de post-producción que altera el color de las mismas, que nunca resulta convincente.
La cámara de Fukunaga por lo general adopta un punto de vista de observación y utiliza focales nobles, aunque a lo largo de tantas horas de proyección hay cierta variedad en la elección de las mismas, e incluso se llega a utilizar el zoom. Su apuesta es sin duda por la sobriedad; con la dirección de actores y el guión que tiene entre manos es suficiente. Pero ello no significa que el trabajo de cámara no sea elaborado, sino al contrario; renuncia a multicámaras –por lo menos generalmente- y coreografía muchas escenas en una única toma, o con abundantes movimientos, Steadicam, etc, solo que sin grandes artificios. La excepción a la regla, si bien tiene su plena justificación a nivel narrativo, es la prodigiosa toma nocturna que cierra el Episodio nº 4, un larguísimo y complicadísimo plano secuencia que es un prodigio de planificación, actuación y coreografía de todos los involucrados en el mismo, y para el cual, por lo visto, se tuvo que recurrir a la Arri Alexa para disponer de más tiempo de rodaje. Los resultados globales son muy buenos, si bien un poco más de riesgo, contraste y oscuridad hubieran sido bienvenidos en determinados momentos. Pero lo que hay funciona tan bien a nivel narrativo y destaca tanto en el medio que tampoco merece crítica alguna.
Título en España: True Detective, Temporada 1
Año de Producción: 2014
Director: Cary Fukunaga
Director de Fotografía: Adam Arkapaw
Ópticas: Panavision PVintage & Primo
Emulsión: Kodak Vision3 5203 (50D) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35 (3-perf), 1.78:1
Vista en Blu-ray
© Ignacio Aguilar, 2015.