Vehículo para el lucimiento total de Arnold Schwarzenegger, uno de los reyes infalibles de la taquilla en aquella época, que sin embargo pinchó ante el público e irónicamente supuso el inicio del declive del actor de origen austríaco como héroe de acción. El guión, co-escrito por el especialista en “buddy movies” Shane Black, tiene como protagonista a un joven muy aficionado al cine y a las películas de acción (el repelente Austin O’Brien) que en uno de sus visionados y con la ayuda de una entrada mágica que le ha dado su amigo el proyeccionista (Robert Prosky), se introduce sin quererlo en mitad del último film de acción del propio Schwarzenegger. A partir de ahí, el interesante planteamiento inicial se agota y el film no es sino una sucesión de todos y cada uno de los clichés del cine de acción de la época, a pesar que el tono autoparódico salva un poco la situación. Algunos actores muy conocidos en cameos (Sharon Stone, Robert Patrick, Jean-Claude Van Damme, Chevy Chase, James Belushi entre otros) y secundarios como Charles Dance, F. Murray Abraham, Tom Noonan o Anthony Quinn tratan de animar la función.
El director de fotografía fue el australiano Dean Semler [ACS, ASC], un operador siempre asociado al cine de acción desde que despuntase de forma más que notable a comienzos de los 80 con la primera de las secuelas de “Mad Max”, “The Road Warrior” (1981). Desde entonces se hizo un nombre en el género, haciéndose cargo de películas como “Razorback” (Russell Mulcahy, 1984), “Mad Max Beyond Thunderdome” (George Miller & George Ogilvye, 1985) o “Dead Calm” (Philip Noyce, 1989), antes de dar el salto a los EEUU y ganar un merecido Oscar con “Dances With Wolves” (Kevin Costner, 1990). En la órbita de Costner rueda también “Waterworld” (Kevin Reynolds, 1994) y también, en la de Mel Gibson, películas como “We Were Soldiers” (2002) o “Apocalypto” (2006), uno de los primeros films de Hollywood en hacer uso de la cámara HD Panavision Genesis. El Western “Appaloosa” (Ed Harris, 2009) es quizá el último film en el que ha mostrado su potencial, aunque continúa en activo cercano a los 75 años de edad.
El mundo de “Last Action Hero” tiene dos aspectos bien diferenciados: uno para las escenas que se supone que tienen lugar en el mundo real, mientras otro que es utilizado por los cineastas para remarcar el aspecto de película dentro de la película. Y todo ello, por supuesto, haciendo uso del formato panorámico anamórfico del que John McTiernan se convirtió en un abanderado a raíz del éxito de “Die Hard” (1988), que es además el formato en el que Semler trabajó durante gran parte de su filmografía. En la parte más real del film el director de fotografía australiano recurrió exclusivamente a una emulsión de alta sensibilidad (la Kodak EXR 5296, de 500 ASA) y por insistencia del realizador, probó fortuna con el proceso de preexposición a la luz de la emulsión conocido como flasheado. Todo ello parece ser, a fin de que las escenas del mundo real de la película tuvieran un aspecto más crudo y más veraz, con Semler tratando además de utilizar su pasado como director de fotografía de documentales y rodando el material con un estilo de iluminación sencillo y nada recargado, aunque la diferencia entre ambos mundos, siendo un film de Hollywood de alto presupuesto, son sutiles en pantalla a pesar de que el planteamiento de origen trata de ser diferenciador.
Sin embargo, McTiernan siempre ha sido un realizador al que le ha gustado siempre mover la cámara y realizar movimientos muy complicados, sin que en esta parte el director se prive de este tipo de efectos. Entre estos se encuentra el zoom, que es bastante utilizado en la película, obligando por lo tanto a Semler a iluminar sus decorados a un mínimo de T/4.5 de diafragma para poder acomodar los planos en que el director lo usa. Las escenas dentro de la película seguramente sean las más recordadas, pues es en ellas en las que McTiernan y Semler ponen toda la carne en el asador, con un comienzo en el que además de centenares de extras, emplean grandes unidades de iluminación metidas en plano, luces tipo searchlights, Steadicam y por supuesto flares en la línea de Jan de Bont en “Die Hard”. Posteriormente, es una película soleada e iluminada para tener ese toque artificial y sofisticado que el espectador asocia inmediatamente con las películas de gran presupuesto hollywoodenses. Aún así, no son escenas en las que Dean Semler brille especialmente, haciendo gala una vez más que es un director de fotografía al que le interesan o interesaban mucho más (que la luz) los movimientos de cámara complicados y posibilitar que un director como John McTiernan (cuyos planteamientos también eran parecidos) pudiera ejecutar todo tipo de planos complicados con grúas, cabezas calientes, Steadicam, zoom, etc, etc.
Es decir, McTiernan y Semler a priori parecían hechos el uno para el otro, algo que demuestran a lo largo de la proyección en más de una ocasión. Pero por el motivo que fuera, nunca más repitieron en la siguiente década en que el director continuó en activo antes de perderse en una serie de problemas legales que acabaron con su carrera en Hollywood. Con todo ello, siendo ambos dos cineastas más interesados en los movimientos de cámara que en la luz y su calidad, “Last Action Hero” es exactamente lo que cabría esperar de su colaboración: un espectáculo bien filmado, que aprovecha bien los generosos medios de la producción y que tiene mucho oficio, pero que estéticamente, precisamente, solo muestra oficio y nada de inspiración.
Título en España: El Último Gran Héroe
Año de Producción: 1993
Director: John McTiernan
Director de Fotografía: Dean Semler, ACS, ASC
Ópticas: Panavision C-Series & E-Series
Emulsión: Kodak 5248 (100T), 5293 (200T) y 5296 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Vista en HDTV