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Mission: Impossible - The Final Reckoning - Ignacio Aguilar
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Mission: Impossible – The Final Reckoning

Última de las aventuras de Tom Cruise interpretando al agente secreto Ethan Hunt, que, en esta ocasión, las continúa justo donde se quedó el título anterior, «Dead Reckoning: Part I», del que esta entrega es una secuela directa. La historia, co-escrita por el director Christopher McQuarrie, gira en torno a los esfuerzos del protagonista para destruir a La Entidad, la inteligencia artificial que amenaza con destruir el mundo. Para ello, Hunt tendrá que descender al submarino ruso hundido, el Sebastopol, o enfrentarse al malvado Gabriel (Esai Morales). Los resultados, que siguen siendo buenos, quizá no son tan sumamente destacables como en las películas anteriores de la saga (la cuarta, quinta, sexta y séptima son iconos del cine de acción), quizá porque aquí se pierde un poco el sentido de equipo presente en las anteriores -para ceder el protagonismo absoluto a Cruise- y el guión parece empeñado en introducir constantes explicaciones de lo que está ocurriendo, incluso recurriendo a flashbacks. A pesar de estos inconvenientes, así como de la larga duración (170 minutos), el nivel de entretenimiento es muy elevado, con al menos dos secuencias de acción para el recuerdo. Hayley Atwell, Ving Rhames, Simon Pegg, Angela Bassett, Holt McCallany, Pom Klementieff, Shea Whigham, Cary Elwes y los recuperados Henry Czerny y Rolf Saxon, completan el reparto.

El director de fotografía vuelve a ser Fraser Taggart, quien ya se encargó de la misma función en «Dead Reckoning Part I«, en su tercer film como director de fotografía principal. Sin embargo, Taggart ya era todo un veterano de la industria, pues tras trabajar en el departamento de cámara durante los años 80 y 90, comenzó a trabajar como director de fotografía de segunda unidad en el año 2000, especializándose además en el rodaje de secuencias de acción, en películas tan populares como «Vertical Limit» (2000), «Troy» (2004), «The Da Vinci Code» (2006), «Stardust» (2007) «National Treasure: The Book of Secrets» (2007), «The Wolfman» (2010), «47 Ronin», «Maleficent» (2014), «Edge of Tomorrow» (2014), en donde coincide con Tom Cruise, «Kingsman: The Secret Service» (2014), «Everest» (2015), «Rogue One» (2016), «Assassin’s Creed» (2016), «John Wick: Chapter 2» (2017) o «Ready Player One» (2018). En la serie de «Mission Impossible» se encarga de la segunda unidad de «Rogue Nation» (2015) y en «Mission: Impossible – Fallout» (2018) aparece ya acreditado como director de fotografía adicional, lo que daría a entender que habría rodado escenas de primera unidad. Por consiguiente, Fraser Taggart era un relevo natural de Robert Elswit (que se había hecho cargo de la cuarta entrega, «Ghost Protocol«, además de la citada quinta «Rogue Nation») así como de Rob Hardy, que hizo «Fallout».

La imagen de «Final Reckoning» es también absolutamente continuista con respecto a la de «Dead Reckoning Part I». La mayor diferencia, aunque no se posee información técnica concreta porque la misma no está disponible en el momento del estreno, es que «Final Reckoning» posee dos secuencias planteadas directamente para salas IMAX digitales (la del submarino y la de los aviones, además de algún momento aislado) que suman un total de unos 45 minutos de proyección. Es decir, siendo un film rodado principalmente en formato anamórfico (principalmente, con la serie «C» de Panavision, con focales adicionales de las series «D» y «E»), para una relación de aspecto de 2.4:1, hay abundante metraje rodado en esférico con la serie «H» de Panavision, que es Full Frame, utilizando seguramente todo el sensor de la Sony Venice (se supone que la 2).

En estas escenas, la relación de aspecto «se abre» hasta 1.90:1, permitiendo ocupar todo el alto de la pantalla IMAX. El digital, informó Taggart con motivo de «Dead Reckoning Part I», fue escogido por su capacidad para rodar tomas más largas (sin cambiar de chasis lógicamente como en 35mm), pero para evitar su excesiva nitidez, utilizaron las lentes anamórficas más antiguas que ofrecieran buena calidad, de ahí el recurso a la clásica serie «C», que además produce múltiples «flares» intencionados a lo largo de la proyección. La serie «H», que Panavision nunca ha indicado en qué ópticas está basada (seguramente Nikon AIS de los años 70-80), resulta equilibrada en cuanto a nitidez a las series anamórficas, evitando ese gran salto desde el 35mm al digital (con modernas lentes Primo 70) que se producía en el final de «Fallout».

La iluminación de Fraser Taggart también es muy parecida a la de la película anterior. Se aprecia, con respecto a los trabajos de Robert Elswit o Rob Hardy (ambos en 35mm), que la saturación e incluso el uso del color es más restringido, como si en cierto modo los trabajos de Taggart hubieran sido sometidos a un «Bleach-by-pass» en el etalonaje digital. Es una imagen más grisácea y además pretende ser sucia, puesto que tanto «Final Reckoning» como «Dead Reckoning» poseen una imagen granulada que no se corresponde con su captura digital, sino que es otro añadido de postproducción (curiosamente, para los flashbacks, las imágenes de las películas anteriores se han deteriorado mucho, adrede, poniendo aún más grano). Pero en cuanto a la luz en sí, lo cierto es que se siente muy mecánica a lo largo de la proyección: generalmente Taggart utiliza una fuente de luz lateral sobre los actores y luego, luces de relleno puntuales sobre los mismos. Es un estilo de luz bastante duro y contracorriente, que produce siempre (para bien o para mal) que los actores tengan una luz de ojos, o incluso varias a la vez, lo que produce cierta sensación de uso muy evidente de luz artificial, ya que los ojos de los personajes muchas veces revelan esas múltiples fuentes por el decorado, en forma de brillos de luz sobre los mismos, sin ser siquiera una luz especialmente favorecedora para Cruise o Atwell.

Y decimos que la forma en que Taggart resuelve sus escenas tiene algo «de fórmula» porque ello es lo que hace casi siempre. Quizá, si lo que repitiera siempre fuera un esquema de luz más natural, o más integrado, menos perceptible, etc. no resultaría tan intrusivo, pero lo cierto es que la luz de Taggart, para bien o para mal, está siempre muy presente porque llama la atención, algo que no parece importarle demasiado al director de fotografía, teniendo en cuenta que no pocas veces deja claramente luces dentro de la imagen, directas a cámara, para producir «flares» o contraluces, algo que ya hacía también en la película anterior.

En «Final Reckoning» no hay escenas como la del palacio de Venecia, o las calles de la ciudad por la noche, que permitan lucirse tanto al director de fotografía. Ello hace que, en cierto modo, por tanto, incluso pudiera decirse que el aspecto de la película es inferior al de su predecesora. Ello quizá sería algo inexacto; lo que no hay son situaciones (desde guión, desde las localizaciones) en las que Fraser Taggart pueda lucirse como en la película anterior. Y, en cualquier caso, cuando quizá podría haberlo hecho, como en los interiores del submarino norteamericano, la luz es rutinaria, como ocurría en «Dead Reckoning» con los interiores del submarino ruso.

Por ello, parece que lo que Fraser Taggart hace mejor (ya que no es, precisamente, Elswit o Hardy) es ser resolutivo y plantear bien o muy bien las secuencias de acción, ya que la del submarino inundado, o la de las avionetas (que seguramente tiene muchas cosas de segunda unidad), que se sienten tan físicas, son cimas del cine de acción desde el mismo momento del estreno del film. Ni siquiera la puesta en escena del film, aunque lógicamente contiene movimientos de cámara elaborados, algunas buenas composiciones de imagen, etc. parece tan inspirada como la que había caracterizado a la saga, tanto en manos de Brian de Palma o de Brad Bird, como en los títulos anteriores con Christopher McQuarrie al frente de la misma, por lo que todo lleva a pensar que ha habido una excesiva rapidez o prisa por escribir y rodar este film, tan entretenido, como irregular en su conjunto, si bien sus secuencias IMAX cubran por sí solas holgadamente el precio de la entrada a la sala y el film, como tal, es un digno e incluso buen cierre a una saga espectacular.

Título en España: Misión Imposible: Sentencia Final
Año de Producción: 2025
Director: Christopher McQuarrie
Director de Fotografía: Fraser Taggart
Ópticas: Panavision «C», «D» y «E» Series anamórficas, «H» Series.
Formato y Relación de Aspecto: Sony Venice (X-OCN), 2.4:1 & 1.90:1 (IMAX)

Vista en IMAX Láser 4K

© Ignacio Aguilar, 2025.



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