Day-For-Night
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Adaptación cinematográfica de una novela de J.B. Pick, escrita para la pantalla, producida y dirigida por James Clavell (el guionista de "The Fly" o "The Great Escape", director de "To Sir, With Love" o, posteriormente, autor de "Shogun"), ambientada en una valle perdido en los Alpes durante la Guerra de los 30 años que asoló Europa (en los créditos iniciales, se nos informa que los príncipes cambiaban de bando según su conveniencia, y no por motivos religiosos). Un hombre (Omar Sharif) llega al valle que da título al film huyendo de la peste negra; justo después, lo hacen un grupo de soldados, con la idea de saquearlo, pero el personaje de Sharif convence al Capitán (Michael Caine), para que se queden en el valle durante el invierno, alcanzando acuerdos a fin de mantener una coexistencia pacífica entre los mercenarios protestantes y los lugareños, católicos. El resultado es una película muy curiosa, muy bien escrita e interpretada, que aúna espectáculo y temas religiosos, bélicos y hasta brujería de manera muy inteligente, pero que, desgraciadamente, fue un gran fracaso que también ha conllevado su olvido por el público. John Barry ofreció uno de sus trabajos más logrados dentro de una ya de por sí magnífica carrera.

Adaptación cinematográfica de la novela de Erich Maria Remarque, que tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes soldados alemanes que se alistan en el ejército incitados por sus ideales sobre la patria y la guerra. Pero una vez en el frente, los muchachos se dan cuenta de que allí nada es cómo pensaban, por el miedo, el hambre, la muerte y la devastación en la que rápidamente se ven envueltos. Se trata de una de las mayores superproducciones de la época de transición desde el cine mudo al cine sonoro -el film, de hecho, se estrenó con ambas versiones- que no renuncia en modo alguno a mostrar en pantalla una inusitada violencia y situaciones de alta intensidad como consecuencia del conflicto bélico, e incluso de las consecuencias de la gran guerra para los soldados que participaban en ella. Fue además la gran triunfadora de su temporada en la edición de los premios Oscar, consiguiendo las estatuillas doradas a mejor película y mejor director (Lewis Milestone), con una influencia muy elevada en relatos antibélicos posteriores, que perfectamente pueden ir desde “Paths of Glory” (Stanley Kubrick, 1958), “Saving Private Ryan” (Steven Spielberg, 1998) o “1917” (Sam Mendes, 2019). Lew Ayres, Louis Wolheim, John Wray, Arnold Lucy o Ben Alexander, entre otros, forman el reparto.

Libre adaptación de la novela del mismo título, escrita por James Vance Marshall en 1959, que en su versión cinematográfica tiene como protagonistas a una joven adolescente (Jenny Agutter) y su hermano pequeño (Luc Roeg, hijo del director, acreditado como Lucien John) que se pierden en el desierto australiano, sin agua, apenas ropa, ni comida. Cuando están desesperados por la sed, se cruza en su camino un aborigen (David Gulpilil) que está realizando su período de entrenamiento en solitario (el “Walkabout” del título), de acuerdo con las tradiciones de los nativos de la zona. Él los ayuda a sobrevivir y poco a poco comienza a establecerse una relación entre los tres, a pesar de las dificultades de comunicación entre el chico y la chica, mientras buscan algún lugar civilizado para ser rescatados. “Walkabout” fue el primer trabajo en solitario de Nicolas Roeg como realizador, después de haber debutado el año anterior en “Performance”, que firmaba junto a Donald Cammell. Se trata de un film que, más allá de su sencillo argumento, lanza varios poderosos mensajes al espectador, todo ello envuelto en una mágica atmósfera bajo la espléndida partitura sonora de John Barry. Quizá algunas de las yuxtaposiciones de imagen o ideas de montaje de Roeg, tan habituales en él, han quedado anticuadas, pero seguramente se trate de su obra maestra como director junto con la más conocida “Don’t Look Now” (1973), así como un film con claras influencias en el cine posterior de Terrence Malick, por ejemplo.

Séptima entrega de la serie Bond, el personaje creado por Ian Fleming inicialmente interpretado por Sean Connery, quien después de rechazar el papel en el título inmediatamente anterior, “On Her Majesty’s Secret Service” (1969), volvió en este film para encarnar a Bond por última vez en la serie oficial. En esta película, que no es precisamente de las mejores de la misma, la acción principal se sitúa en Estados Unidos y más concretamente en Las Vegas, en donde Bond sigue la pista de unos diamantes que le conducen hasta su famoso enemigo Ernst Blofeld (Charles Gray), que por supuesto tiene un plan maligno que el agente tratará de evitar. Jill St. John, Lana Wood, Bruce Glover y Putter Smith, interpretando a un duo de malvados ¿homosexuales?, completan el reparto junto a algunos miembros del casting original de la serie, como Louise Maxwell, Bernard Lee o Desmond Llewelyn como Moneypenny, “M” y “Q” respectivamente.

Segunda película de la tercera trilogía de “Star Wars”, que sigue los pasos de “The Force Awakens” (2015), en la que J.J. Abrams continuó de manera exitosa (aunque poco original) el universo originalmente creado por George Lucas. En esta ocasión la acción gira en torno a la retirada de la los rebeldes, comandados por la Princesa Leia (Carrie Fisher), ante la persecución que sufren por parte de la Primera Orden, mientras que Rey (Daisy Ridley) intenta ser entrenada como Jedi por parte de Luke Skywalker (Mark Hamill). Se trata de la película más larga de toda la saga (152 minutos) y en ella el director-guionista Rian Johnson propone el habitual y ágil montaje paralelo que ya estaba presente en títulos como “The Empire Strikes Back” (1980). Pero si quizá “The Force Awakens” era una película absolutamente conservadora y muy en la línea (para bien y para mal) de lo que hasta la fecha ha sido el universo “Star Wars”, en esta ocasión el film de Johnson es bastante desmitificador y rompedor con ese mundo. Los resultados, por lo tanto, son desiguales, lastrados además por alguna subtrama que no aporta al conjunto, un humor que descoloca y secuencias/personajes que distraen del argumento principal de la lucha de la luz contra la oscuridad. Adam Driver, Andy Serkis, John Boyega, Oscar Isaac, Lupita Nyong’o, Laura Dern, Benicio del Toro y Gwendoline Christie completan el reparto de un film netamente inferior al de Abrams, que volverá en la tercera entrega de esta trilogía.

Emblemática adaptación de la novela de Peter Benchley, con la que Steven Spielberg consiguió su primer superéxito de taquilla. Roy Scheider interpreta al jefe de policía de la isla de Amity, que comienza a investigar un accidente de una chica mientras se bañaba que parece claramente causado por el ataque de un tiburón. Después de que varios ataques más siembren el pánico en la isla, con la ayuda de un experto en tiburones (Richard Dreyfuss) y un pescador local (Robert Shaw), los tres hombres parten hacia alta mar para dar caza al escualo. La novela de Benchley fue muy alterada durante el proceso de escritura de guión y durante el propio rodaje, con el actor-escritor Carl Gottlieb (que interpreta un pequeño papel) escribiendo durante la noche las escenas que se rodarían el día siguiente. El resultado final, a nivel de guión, parece ser que tiene mucho de trabajo en equipo (el extraordinario relato sobre el USS Indianápolis, por ejemplo, parece que fue escrito por John Milius y el propio Robert Shaw), pero lo más extraordinario es la soberbia labor de dirección de Spielberg, que hace que la película sea muy ágil y esté llena de acción y suspense.

Producción netamente veraniega, que tiene como protagonista absoluta a Nancy, una chica (Blake Lively) que acude a una desierta playa mexicana para hacer surf. Pero tras disfrutar de unas cuentas olas, es atacada por un tiburón y queda cercada por el mismo. Solo tiene la posibilidad de refugiarse en unas rocas que quedan fuera o dentro del agua en función de la marea, mientras el tiburón parece acecharla pacientemente sin que nadie acuda a socorrer a Nancy. El escaso argumento, mucho más sencillo incluso que los de las secuelas de “Jaws”, no impide que el cineasta español afincando en EEUU Jaume Collet-Serra lleve a cabo, en la mayor parte del metraje, un entretenido ejercicio de estilo y puesta en escena, que se mantiene en pie en principio gracias a su punto de partida, moderadamente verosímil. A medida que la acción avanza, lo que vemos en pantalla se va haciendo menos y menos creíble, siendo especialmente fallida en este aspecto la resolución del film. Aún así, como vehículo de acción y suspense con pocas pretensiones, “The Shallows” cumple perfectamente su cometido, pero decepcionará a quienes busquen una película de una mayor elaboración.

Un trabajador de una importante empresa de transportes que opera a nivel mundial (Tom Hanks), que vive obsesionado con el tiempo y la puntualidad, sufre un accidente de avión en uno de sus viajes y queda aislado en una isla desierta de la que no tiene posibilidad de escapar. Sólo su fuerza de voluntad y los deseos de volver a ver a la mujer con la que planeaba casarse (Helen Hunt) le mantienen con vida. “Cast Away” es una interesante película con un núcleo central (Hanks aislado en una isla) estelar, que desgraciadamente queda algo lastrada por su tercer acto y por una duración excesiva (143 minutos) que no se justifica a tenor de lo que se pretende contar. Se trata por ello, sobre todo, de una película irregular, cuyo visionado queda en cualquier caso justificado por la labor del intérprete principal –el rodaje se detuvo durante un año para que Hanks perdiera mucho peso y se produjera un impactante cambio en pantalla- y por la hábil mano de Zemeckis para la puesta en escena.

Adaptación de una novela de Frank O’Rourke, ambientada en la época inmediatamente posterior a la revolución mexicana y en la zona fronteriza de este país con los Estados Unidos. Los protagonistas son un grupo de cuatro hombres, veteranos aventureros -Burt Lancaster, Lee Marvin, Robert Ryan y Woody Strode- los cuales reciben un curioso encargo por parte de un importante hombre de negocios (Ralph Bellamy): rescatar a su mujer (Claudia Cardinale), la cual ha sido secuestrada por un bandido mexicano (Jack Palance) y por cuya puesta en libertad pide una importante cantidad. “The Professionals” es uno de los últimos grandes Western clásicos, que cuenta con un sólido reparto y con mucha química entre sus miembros y una estupenda dirección y escritura por parte de Brooks, candidato al Oscar en ambos apartados, así como un brillante montaje de Peter Zinner (“The Godfather”) y música de Maurice Jarre.

Película tan entretenida como decididamente menor dentro de la filmografía de los hermanos Coen, que tiene como protagonista al jefe de un estudio de Hollywood (Josh Brolin) que, además de tener que ocuparse de sus diferentes asuntos diarios, ve como la estrella de una superproducción bíblica que está rodando (George Clooney), es secuestrada por un misterioso grupo de comunistas que piden un rescate por el mismo. La parodia del cine de Hollywood y la recreación de época son muy simpáticas y están muy bien llevadas, aunque el reparto estelar (que incluye a nombres como Scarlett Johansson, Jonah Hill, Frances McDormand, Alden Ehnrenreich, Ralph Fiennes, Channing Tatum o Tilda Swinton, entre otros) es más bien una sucesión tras otra de cameos. Aunque contiene el humor que los ha hecho característicos e identificables, la película posee cierto aire de intrascendencia que la aleja mucho de los grandes títulos de los Coen, a pesar de lo cual, se deja ver sin grandes problemas y seguramente se olvide también a gran velocidad.

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