Saltburn
Segundo largometraje de Emerald Fennell (“Promising Young Woman”) detrás de las cámaras, que en esta ocasión narra una historia que tiene como protagonista a Oliver, un joven estudiante de Oxford (Barry Keoghan) que se muestra inadaptado y acomplejado respecto al resto de estudiantes por sus orígenes familiares. Un día conoce a Felix (Jacob Elordi), un estudiante popular y millonario, que le invita a que pase el verano con él y su familia en Saltburn, la mansión en la que viven todos ellos. Junto con otro estudiante que también está invitado (Archie Madekwe), Oliver se adentrará en la familia de Felix, compuesta por la madre (Rosamund Pike), la hermana (Alison Oliver) y el padre (Richard E. Grant), además de una amiga de la madre que también vive allí (Carey Mulligan). “Saltburn” es una película muy irregular, capaz de provocar, repeler, interesar y, por último, resultar intrascendente, porque en su largo metraje casi siempre se tiene la sensación de encontrarse como espectador ante una historia forzada y narrada de manera muy autocondescendiente (algo que ya ocurría en el anterior film de la realizadora) y con más forma que fondo, lo que hace que cuando se supone que se va a presenciar el culmen de la proyección, el mismo ya cause poco impacto.