Titanic
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Titanic

Superproducción de la 20th Century Fox y la Paramount en la que, sobre la base del clásico “A Night to Remember” (Roy Ward Baker, 1958), James Cameron narra la historia de amor entre Rose (Kate Winslet) y Jack (Leonardo Di Caprio). Ella es una pasajera de primera clase que viaja junto a su prometido, el millonario Cal (Billy Zane), mientras que él ha ganado su billete jugando a las cartas y viaja en tercera clase, junto al resto de emigrantes y pasajeros de escasos recursos. Pero Rose es infeliz y ello da pie a que, tras conocerse a bordo del Titanic accidentalmente, inicien un romance imposible que alcanza su punto álgido justo en el momento en el barco choca con un iceberg y comienza a hundirse de proa. Las grandes interpretaciones y química del dúo protagonista, mucho talento (y dinero) para la reconstrucción de época y para la puesta en escena, con un gran espectáculo visual, así como una pegadiza banda sonora de James Horner (con canción a cargo de Céline Dion incluida), entre otros elementos, hicieron que la película igualase el récord de “Ben-Hur”, al alzarse con once premios Oscar y, sobre todo, se convirtiera en un auténtico fenómeno de masas que la llevaron a ser, en su momento, la película más taquillera de la historia. Más de un cuarto de siglo después de siglo después del estreno, quizá los efectos digitales hayan sido superados con creces, pero las grandes virtudes del film continúan inclinando la balanza hacia su lado, por encima de un texto (del propio James Cameron) muy inferior al resto de lo que se ve en pantalla.

El director de fotografía fue Russell Carpenter [ASC], quien había sido colaborador de James Cameron en dicha posición tanto en “True Lies” (1994), como en el espectacular cortometraje rodado en 65mm y 3D para los parque temático de la Universal en Los Ángeles y en Florida, “Terminator 2: Battle Across Time”. Sin embargo, el director de fotografía original no fue Carpenter, sino Caleb Deschanel, el afamado autor de la fotografía de “The Black Stallion”, “Being There”, “The Right Stuff”, “The Natural” o “Fly Away Home” (y que posteriormente, todavía rodaría “The Patriot”, “The Passion of the Christ”, “Jack Reacher” o “Never Look Away”). Deschanel comenzó el rodaje de la película con las secuencias modernas rodadas en Halifax, pero pronto se vio que sus métodos y los de James Cameron chocaban frontalmente y, al no ponerse de acuerdo además en el look visual que debían tener las secuencias de época, cuando el rodaje se trasladó a México (Baja California) para rodar el grueso del film, Russell Carpenter tomó los mandos de la primera unidad. A pesar de este gran éxito, Carpenter no fue convocado por James Cameron para rodar “Avatar” (2009), de la que se hizo cargo Mauro Fiore, aunque Carpenter sí que fue el encargado de hacerse cargo de la maravillosa “Avatar: The Way of Water” (2022) y de su secuela, aún pendiente de estreno. Fuera de sus trabajos con James Cameron, en la filmografía de Carpenter destacan “Hard Target” (John Woo, 1993), “The Negotiator” (F. Gary Gray, 1998), “21 Blackjack” (Robert Luketic, 2008) o “Ant-Man” (Peyton Reed, 2015).

Una de las principales decisiones de James Cameron fue la de rodar “Titanic” en formato Super 35, en lugar del formato anamórfico que prefería Caleb Deschanel. Pero tal vez por influencia de éste, los cineastas rodaron el film empleando cámaras Panavision y lentes Primo, cuando los anteriores títulos del director son precisamente famosos por haber sido rodados en Super 35 (“The Abyss”, “Terminator 2”, “True Lies”), pero con principalmente con cámaras Arri y lentes Zeiss. De hecho, Panavision colaboró con el hermano del director para diseñar una cámara de dos perforaciones para poder rodar en el pecio del barco, a casi cuatro mil metros de profundidad en el Atlántico norte. Y si por algo destacaba “Titanic” en 35mm, era por su magnífico aspecto, en términos de contraste, nitidez y grano fino, constituyendo sin duda uno de los mejores hinchados ópticos que jamás vio el autor de estas líneas. Las mejores escenas en estos términos, sin duda, eran las que tienen lugar en la cubierta del Titanic al atardecer, rodadas, como el resto de exteriores día, con la emulsión Kodak EXR 5245 (50D), de alto contraste, alta nitidez y grano súper fino. El resto del film fue rodado en la entonces novedosa emulsión Kodak Vision 5279 (500T), de alto contraste, que fue expuesta por Russell Carpenter de manera muy conservadora a 320 ASA, para obtener un negativo muy denso y, también, con poco grano. Algunas escenas como las del pasaje embarcando, los interiores del comedor de primera clase, o interiores con haces de luz solar entrando por las ventanas, fueron rodados además con una ligera difusión Pro-Mist, que hace que las imágenes posean un aspecto ligeramente difuso y con un poco de halo, pero sin afectar apenas a la nitidez.

Curiosamente, a pesar del despido de Caleb Deschanel, Russell Carpenter reconoce que uno de los títulos en los que más se inspiró precisamente a la hora de fotografiar “Titanic” fue “The Natural” (Barry Levinson, 1984), una de las obras maestras de Deschanel, que precisamente está rodada de manera muy elegante con haces de luz solar, fuentes de luz presentes en pantalla y un aspecto global glamouroso que embellece la época todo lo posible. Todo ello está presente en “Titanic”, mezclándose eso sí, con momentos en los que la luz es mucho más moderna y casi agresiva, como en los segmentos modernos con luz fluorescente -que precisamente, si algo queda del metraje de Deschanel, seguramente sea esta parte- pero que hace que el material de época sea aún más efectivo. Además de obtener gloriosos atardeceres en la cubierta del barco, maravillosamente recreado por el diseño de producción de Peter Lamont, en una de las cosas en las que más destaca la labor de Russell Carpenter es en la forma en que fotografía a sus actores principales: Kate Winslet parece tener una piel resplandeciente y un brillo muy especial, mientras que Leonardo Di Caprio, que saltó al estrellato con el film, jamás ha lucido mejor. Por lo demás, “Titanic” es un film muy luminoso eso sí -parece ser que esa fue una de las fuentes de conflicto con Deschanel, que quería buscar un aspecto más lúgubre, como seguramente fuera el barco en realidad- con un trabajo muy bien pensado de luces integradas en pasillos, salones, etc. que se vuelve especialmente efectivo en la segunda mitad del film, tras el choque con el iceberg.

En todas estas escenas, además de los efectos visuales digitales liderados por Robert Legato [ASC] (en los que participaron diferentes compañías, como ILM, cuando ni siquiera Digital Domain, la empresa del propio James Cameron, pudo hacerse cargo del film, y efectos físicos de Thomas L. Fisher, lo que hace Russell Carpenter es trabajar con una mezcla de luces integradas en el barco, grúas muy grandes, muy altas y lo más lejos posible para generar el clásico ambiente de luz azulada que identifica tan bien al cine de James Cameron, así como, ya más cerca de los actores, fuentes para modelar su aspecto. Para conseguir la espectacular puesta en escena que buscaban los cineastas, además, Cameron y Carpenter utilizan grandes grúas Akela para mostrar planos generales del barco, Steadicam y, también, cámara en mano, seguramente también operada por James Muro, futuro director de fotografía de “Open Range” (Kevin Costner, 2003), que era el operador predilecto del director. Hay muchas escenas muy meritorias, rodadas en circunstancias muy complicadas mezclando efectos físicos y digitales que, gracias también a que los decorados fueron construidos a gran escala (la maqueta principal de rodaje, que reconstruía el barco, era de un 90% de tamaño del buque original), dan la sensación de una reconstrucción muy elaborada y un rodaje muy físico, que es lo que hace que, en gran medida, el film haya soportado tan bien el paso del tiempo. Por supuesto, las escenas del hundimiento, o incluso las de navegación a mar abierto, que dejaban con la boca abierta en el momento del estreno, continúan siendo impactantes en su ejecución, mientras que la fuerza de los instantes posteriores a que el barco se vaya a pique -como esa toma que comienza en un plano corto de Kate Winslet en el agua, mientras la grúa con la cámara retrocede y muestra a cientos de personas pataleando sobre el agua congelada- también continúa intacta.

Los resultados, por consiguiente, son muy buenos, muy bellos desde el punto de vista estético, muy efectivos como reconstrucción de época y muy favorecedores con los actores, algo que desde luego era esencial porque la relación Rose-Jack fue sin duda el motor del éxito del film, más allá incluso de las brillantes escenas del hundimiento o del choque con el iceberg, las cuales eran más fáciles de prever en un director con un bagaje tan fuerte en el cine de acción como James Cameron. Por ello no es extraño que el film arrasase en taquilla, porque al público que acompañaba normalmente al director a ver sus películas de “Terminator”, se sumó una legión de espectadores que acudían a ver un romance épico en un film de tres horas y cuarto de duración. Y lo cierto es que el film, con sus muchos inconvenientes y problemas -casi todos ellos relacionados con un guión que resulta dificil de creer en la parte que es invención, a pesar de los grandes esfuerzos de Winslet, Di Caprio y del Cameron director por superar las limitaciones del texto- funciona extraordinariamente bien, aunque el espectador conocedor de la historia real del “Titanic”, más allá de asistir a una espléndida recreación del barco y de su época, quizá hubiera preferido menos romance y un film más bien centrado en lo que realmente ocurrió, como lo fue su espléndido modelo “A Night to Remember”.

Curiosamente, a pesar de la gran calidad de imagen presente en el negativo original, para la edición en Bluray 4K UHD, James Cameron no se ha limitado a efectuar un escaneado del negativo original, limpiarlo, corregir el color para igualarlo a las copias de cine, etc. (lo cual hubiera sido lo deseable), sino que mediante inteligencia artificial, además de lo anterior, se ha eliminado el grano original, se ha puesto uno nuevo “por encima” de la imagen y, sobre todo, se ha incrementado la resolución de manera brutal. El resultado es un film que se ve muy bien en general -aunque el detalle en los primeros planos es excesivo, y las pieles poseen cierto aspecto artificial y procesado- pero que se asimila más a una captura digital de alta resolución (6K, 8K…) que a un film rodado en celuloide de finales de los años 90 con lentes de los años 80.

Título en España: Titanic
Año de Producción: 1997
Director: James Cameron
Director de Fotografía: Russell Carpenter, ASC
Ópticas: Panavision Primo
Emulsión: Kodak 5245 (50D) & 5279 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: efectos visuales rodados en VistaVision
Premios: Oscar a la mejor fotografía, American Society of Cinematographers, BAFTA (nom), British Society of Cinematographers (nom)

Vista en 35mm & Bluray 4K HDR

© Ignacio Aguilar, 2023.



Language / Idioma